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Sobre horóscopos, creencias y la promoción del conocimiento

Recientemente, el anuncio de la presentación de un libro dedicado a la formulación de “horóscopos” produjo una inusitada actividad en las redes sociales y manifestaciones de sorpresa, e indignación en algunos casos, de distintos actores del hacer científico y cultural. La sorpresa se originaba en el uso de un espacio público conocido por su dedicación a la difusión de ideas científicas, principalmente del área de la Astronomía, la Astrofísica y la Física, el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires. Lo que lleva a preguntarnos, ¿por qué este espacio? ¿Por qué en este momento? Una interpretación inocente podría sugerir que como los horóscopos son para el año que viene hay que promocionar su venta antes de fin de año y que, ya que estamos, porque no hacerlo en un lugar “relacionado”. Este análisis no se sostiene, sobre todo a la luz de la cancelación del evento.

Como científicos y ciudadanos nos llama la atención que se pueda suponer que la Astronomía o la Astrofísica compartan lugar con un método destinado a “predecir el futuro”. La ciencia tiene algo para decir al respecto. En distintos estudios se postula que la razón por la que algunas personas confían en los horóscopos se explica por un fenómeno conocido como «sesgo de confirmación» (confirmation bias), que es la tendencia que experimentan algunas personas a buscar interpretaciones o confirmaciones que ratifiquen que lo que creen es cierto. Es más, se ha relacionado la búsqueda de información sesgada a otros efectos como la polarización de actitudes (cuando un desacuerdo se vuelve más extremo a pesar de que las diferentes partes están expuestas a la misma evidencia) y la perseverancia de creencias (cuando las creencias persisten después de que se demuestra que la evidencia que las respalda es falsa). Claramente esto nos dice porqué algunas personas prefieren creer en la Tierra Plana, en la inexistencia del calentamiento global de origen antropogénico o en la ineficacia de las vacunas. Su sistema de creencias descarta la evidencia y sólo tiene en cuenta lo que es “confortable”.

Esto es exactamente lo opuesto a como se construye el conocimiento científico. Numerosísimos trabajos científicos comenzaron para probar una teoría o explicación y terminaron ratificando lo opuesto. El conocimiento científico no es autoreferencial de algunos pocos individuos. Y esto nos lleva al porqué determinados gobiernos o actores sociales prefieren la Astrología. o los gurús de moda. al conocimiento científico o su producción. Unos se amoldan a lo que deseamos que sea cierto y “nos dan la razón”. El conocimiento científico no. La ciencia, la economía y la soberanía nos dicen es lógico preservar una empresa con superávit como Nucleoeléctrica Argentina SA, la polarización de actitudes nos dice que lo mejor es regalarla. Y, tal vez, esta sea la razón para promocionar libros de horóscopos, visitas de gurús, o usar cloro para curar el Covid. El error de desfinanciar la educación pública y la producción científica es la evidencia. Ignorar esta evidencia es necesario para quienes saben que están errados, pero necesitan creer que no es así.

Asociación Física Argentina